
Las bolsas de basura de las papeleras repartidas por el metro de Barcelona son transparentes desde que la amenaza terrorista se extendiera por el orbe a raíz del 11-S y los sucesivos atentados. Con ello, como ustedes saben, se pretende que las bolsas de basuras no puedan ocultar bombas u otros artefactos destructivos en sus entrañas. ¿Es una medida real contra el terrorismo o pura pantomima para tranquilizar al pueblo? Unos argumentarán que si los terroristas han de estallar una bomba lo harán, que no lo evitará unas bolsas de basura transparentes; otros objetarán que, por lo menos, no les facilitemos las cosas. Al final, hay cierta antítesis: transparencia igual a incertidumbre.
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