Ya va para el año, y uno de los cuatro ascensores principales del vestíbulo del edificio general del Hospital del Valle Hebrón continúa sin funcionar. En febrero de este año, los recepcionistas informaron a quien esto escribe que el elevador llevaba seis meses averiado. Así que hagan cuentas. A mediados de agosto se cumplirá el año. A lo mejor están esperando a un milagro de la Virgen de agosto.
Las colas que se generan molestan a todos pero en especial a enfermeras y celadores, que han de aguantar las quejas lógicas de familiares y visitantes de pacientes. A esta disfunción, se suman las averías ocasionales que sufren alguno de los tres ascensores restantes y los reservados en exclusiva para los trabajadores sanitarios. Como ya apunté, si esta avería, a la vista de todos, no se solventa, qué pasará con todo lo que el ciudadano que paga sus impuestos no ve.
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