En la estación de metro de Valldaura, línea verda, no siempre hay alguien que pueda informar a los pasajeros, como en muchas otras ocurre, imagino. Supongo que los responsables de TMB creen que con las máquinas expendedoras de tiquets y la megafonía ya hay más que suficiente. Antaño, en una estación, mínimo, trabajaban las taquilleras.
Una pareja mayor de Extremadura que ha venido a pasar unos días de vacaciones a Barcelona se encontró el martes por la tarde con que no sabía cómo sacar un billete. Quien esto escribe ya estaba bajando por las escaleras mecánicas de dicha estación, camino del andén, cuando percibió que el hombre intentaba introducir una moneda por la máquina en la que se debe meter la T de turno, y que la mujer me dirigía una mirada de auxilio. Volviendo sobre mis pasos, y sin salir, pues ya había pagado, le expliqué a la pareja lo que debía hacer. Pero no sabían usar la máquina. Total, salí y les expliqué paso a pasó cómo proceder.
A lo mejor, alguien dirá que esto es un caso extremo. Pues bien, digo yo que no. Que siendo el metro un servicio público, qué menos que prever estos casos y que haya una persona por estación.
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